Los Científicos del Centro de Ciencias Marinas de la Universidad de Rostock en Alemania realizaron un experimento con un pez artificial, que emplearon para crear una clase de sendero en el agua para que fuera detectado por Henry, una foca amaestrada de 6 años de edad. Henry llevaba máscara y auriculares que no le permitían ver ni oír durante las pruebas pero que tampoco le causaron estrés o molestia de ningún tipo.
A pesar de tener sus ojos y oídos cubiertos, Henry fue capaz de indicar con un movimiento de la cabeza si el pez se movía hacia la izquierda o la derecha. En el experimento, llevado a cabo en una piscina al aire libre en el zoológico de Colonia, la foca fue capaz de detectar e indicar la dirección del señuelo hasta 35 segundos después de que se produjera el movimiento.
Wolf Hanke, quien dirigió el experimento, cree que los resultados apuntan a que las focas son capaces de clasificar entre diferentes tamaños de señuelos lo que podría, lo que podría sugerir que tal vez son capaces de distinguir entre distintas especies de peces. Los investigadores ahora llevarán los experimentos a una fase más compleja, empleando peces vivos, para intentar descubrir hasta qué punto las focas son capaces de rastrear una trayectoria compleja.
De verdad que este es un gran avance para los seres humanos, en el objetivo de comprender el comportamiento de los animales.
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